El martes, las dos miniseries coincidieron en las parrillas y La 1 salió victoriosa, además en plan rodillo. Su miniserie tuvo una cuota de pantalla media del 31,5%, con 6.491.000 espectadores, convirtiéndose en el programa más visto de lo que llevamos de año (hasta que llegó el fútbol), y dejando al último episodio de la de Antena 3 en un share del 7,6%. Hasta Aída sintió el martes el empuje de la serie de La 1, y se quedó en el 19,4%.
Los críticos destacan, de la serie de TVE, el retrato que Emilio Gutiérrez Caba hace de Fernández Campo, y es muy previsible que, esta noche, el último capítulo siga en la misma línea de audiencias espectaculares. La 1 ya superó su propio récord anoche con la retransmisión del amistoso entre España e Inglaterra, que congregó ante el televisor a 7.385.000 espectadores de media (36,9% de share), así que, visto lo visto, Antena 3 ha optado por un poco de contraprogramación esta noche.
En lugar de la miniserie estadounidense El último templario, la cadena programará otra, que ya se ha visto en varias ocasiones, y que se titula La sangre de los templarios. En La 1, igual que se hizo con el primer episodio de la miniserie, volverá a programarse el especial Informe 23-F, que comentará los hechos que se vean en el desenlace de la ficción.
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